El buen uso de la voz al hablar en público
octubre 20, 2014
La voz
es el canal fundamental en la oratoria y a pesar de que es importante que un
discurso esté bien preparado es igualmente necesario que cuando el orador hable
frente al público lo haga con una buena voz, es decir, de forma clara,
comprensible, con la intensidad y el ritmo adecuados para una buena
comunicación y lograr los resultados esperados. Una buena voz facilita la tarea
del orador, por lo tanto deberá cultivarla y fortificarla. Se pueden distinguir
tres elementos esenciales en la voz: el tono, la intensidad y el timbre.
El tono es
el modo de decir las cosas. Cambiar el tono de la voz permite enfatizar los
puntos clave y llamar la atención del público, pero estas variaciones de voz
deben ser naturales y no se debe debe confundir con hablar más alto o más bajo,
porque se puede caer en la monotonía. Por ejemplo, es subirlo si quiere
recalcar algo, bajar cuando es una especie de confidencia o para expresar un
sentimiento, es decir, adecuarlo a lo que se va diciendo.
La
intensidad es la fuerza de emisión de la voz, el volumen sonoro. Usualmente al
hablar en público es necesario que el volumen sea un poco mayor al que
normalmente se usa para conversar con otra persona, tampoco es conveniente
hablar demasiado alto, ya que se cansa el orador y los que escuchan también.
La
intensidad de la voz que debe emplearse depende del tamaño y la acústica de la
sala, de la cantidad de público y la distancia física entre este y el orador,
de los ruidos ambientales y se requiere medios técnicos para amplificación del
sonido, si se utilizara, es importante hacer pruebas previas de sonido para
adecuar la voz, el equipo y la posición del micrófono.
El
timbre es el matiz personal de la voz por lo que cada uno tiene su timbre propio
y distinto a los demás. Es por esto que una de las formas de clasificar las
voces es definiendo características de cada una, puede ser por el color (claras
y oscuras), el grueso (delgadas y espesas) y el brillo (bien timbradas o sin
timbre).
La
dicción, es otro aspecto importante a considerar en el uso adecuado de la voz.
Es el arte de expresarse que está vinculado a la manera en que cada persona
emplea las palabras y forma oraciones.
Para
efectos de oratoria, se relaciona con la forma en que se pronuncian las
palabras, es decir, cuando un individuo pronuncia cada término de manera clara,
realiza una correcta acentuación y dispone las pausas apropiadas dentro de cada
oración. Resulta fácil entender a quien se expresa de esta forma, porque da
claridad y nitidez a las palabras.
La
dicción tiene dos partes esenciales: articulación, que se refiere a pronunciar
distinta y correctamente todas las consonantes y la vocalización: que es el
sonido que se le da a las vocales. Para una buena dicción hay que hablar
abriendo bien la boca y respirando correctamente.
Recomendaciones
para un uso adecuado de la voz:
• Mantenga
la cabeza erguida, con una posición cómoda de su cuerpo y respire
adecuadamente. Antes de iniciar puede hacer algunos ejercicios de respiración y
relajación del cuerpo.
• Pronuncie abriendo bien la boca, vocalice y articule con claridad, utilice las pausas al hablar.
• Cuide la velocidad al hablar. Hacerlo de prisa transmite entusiasmo y seguridad pero si se excede puede cansar al público. Hablar despacio proporciona énfasis, pero el exceso puede hacer el discurso monótono y perder la atención.
• Se debe aprender a colocar la voz, encontrando el nivel apropiado de fuerza vocal (tono e intensidad) de acuerdo con el timbre de voz que posee.
• Ensaye sus presentaciones o discurso para definir lo que desea transmitir con la entonación e intensidad adecuadas.
• Pronuncie abriendo bien la boca, vocalice y articule con claridad, utilice las pausas al hablar.
• Cuide la velocidad al hablar. Hacerlo de prisa transmite entusiasmo y seguridad pero si se excede puede cansar al público. Hablar despacio proporciona énfasis, pero el exceso puede hacer el discurso monótono y perder la atención.
• Se debe aprender a colocar la voz, encontrando el nivel apropiado de fuerza vocal (tono e intensidad) de acuerdo con el timbre de voz que posee.
• Ensaye sus presentaciones o discurso para definir lo que desea transmitir con la entonación e intensidad adecuadas.
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