Cómo superar el miedo escénico a hablar en público
agosto 18, 2019
Cómo superar el miedo
escénico a hablar en público
De esta definición podemos extraer una primera conclusión
clara: tenemos miedo porque visualizamos el fracaso, unas veces porque
recordamos hechos anteriores y otras, simplemente, porque nos lo imaginamos.
Pero también puede darse el hecho de que el miedo escénico
sea una simple cuestión ambiental. Hemos oído tantas veces hablar de pánico
escénico, hay tantos libros, artículos, vídeos y cursos sobre superar el temor
al escenario y es un tema tan popular que nos parece normal sentir este miedo.
Sin embargo, si te mueves en un ambiente en el que la gente
habla sin temor en cualquier circunstancia, incluso improvisando (breves o no
tan breves) discursos, que se expresa con comodidad y te cuenta las maravillas
de dar conferencias o clases, la cosa sería muy diferente. Cualquiera que tenga
contacto con una persona sin miedo escénico estaría deseando probar el sabor
del éxito al final de una ponencia, por ejemplo.
Mujer con miedo escénico en una clase
Si nunca lo has hecho, no temas
Si nunca has hablado en público y tienes que enfrentarte a
ello, lo mejor es que te fijes en la gente que disfruta haciéndolo. Observa
cómo se mueve, lo bien que se siente, lo segura que se muestra esa persona.
Existen numerosos vídeos en Internet de gente dando conferencias. Busca alguno
de estos y observa la seguridad que transmiten. Un truco: ponte delante de un
espejo en tu casa y haz lo mismo.
Y, sobre todo, concéntrate en los aplausos del final, en la
cara de interés del público. Ahora, métete en su piel y visualízate. ¿Qué
sientes?
Si fracasaste en el pasado, aprende de tus errores
Que hayas tenido una situación negativa en el pasado no
implica que tenga que ser siempre así. Lo primero que tienes que hacer es
pensar en lo qué pasó, pero no en el resultado, sino en tu actitud antes,
durante y después del evento.
Saca tus conclusiones, ríete de ti mismo y resetea tu mente.
Piensa en positivo, y ponte en la piel de un orador de éxito, siente los aplausos
y el calor de la gente.
Normalmente nos dejamos influir por nuestras experiencias
pasadas y las convertimos en nuestras referencias. Y en cierta medida es
correcto, pero siempre y cuando aprendamos de ello. Analizar y pensar sobre lo
que salió mal nos ayudará a aprender a corregir errores de cara al futuro. Así
pues, en lugar de dejar que estas experiencias nos condicionen de forma
negativa, que nos sirvan de aprendizaje.
Hasta los conferenciantes más brillantes tuvieron sus
inicios. Unos inicios marcados por la inseguridad y los nervios. Por el miedo
al fracaso y al «qué dirán». Pero poco a poco y a medida que analizan sus
fallos, van ganando en confianza. La mejor forma de superar este miedo es
exponernos a él. De esta forma, romperemos esa barrera que nos separa de lo que
ahora nos parece un abismo.
Errores cognitivos más frecuente:
Subestimar nuestras propias capacidades.
Sobredimensionar la probabilidad de cometer errores.
Pensar que los demás se darán cuenta de todos nuestros
síntomas de ansiedad.
Sobrestimación de la probabilidad e intensidad de la crítica
y el rechazo.
Existencia de una atención selectiva hacia reacciones
negativas de los demás y falta de atención a las reacciones positivas.
Evaluación excesivamente negativa de nuestra actuación.
Exageración de los errores.
Recuerdo selectivo de las experiencias negativas.
Atribución de los éxitos a factores externos.
No debemos olvidar que estos errores, como su propio nombre
indica, son errores. Así pues, no debemos centrarnos en ellos ni convertirlos
en el centro de nuestra experiencia.
Algunas ideas positivas para superar el miedo escénico
Hombre que da una charla sin miedo escénico
La gente no acude a verte sufrir, sino a disfrutar con tu
discurso
Las personas tenemos mucho que hacer para ir a sacarle falta
a un conferenciante. Lo que todos buscamos es aprender, disfrutar, compartir
ideas. Dale a tu público lo que quiere, es lo mismo que quieres tú. ¿Para qué
perder el tiempo en pensamientos negativos?
Ensaya, entrena, practica
Lo de visualizar está muy bien, pero eso no significa que te
abandones a la suerte. Practica, entrena, ensaya…. Llámalo como quieras. Pero,
como a hablar se aprende hablando, ¿a quién aburro repitiendo el mismo discurso
una y otra vez?
No es necesario, de hecho, es casi desaconsejable, al menos
hasta que no tengas seguridad en ti mismo. Llena una habitación de juguetes o
papeles pintados con caras y habla para ellos. Si te equivocas… ¡genial! Tienes
una excelente oportunidad para improvisar, una capacidad imprescindible para
desenvolverse en público.
Y, por supuesto, grábate y analiza lo que haces. Esto es
algo que a muchas personas les da un pánico horrible. No importa, tú grábate y
mira los vídeos cuando sientas que lo has hecho bien.
Lee también: 7 sentidos del desarrollo personal
Puede que tengas que repetirlo muchas veces, pero no
importa. Te ayudará a ganar confianza y a mejorar muchísimo.
No permitas que nadie te diga que no puedes
Huye de esas personas tóxicas que se dedican a echar su
mierda sobre ti. Céntrate en la gente que te anima, que te apoya y que confía
en tus posibilidades.
¿Eres tú el que se autosabotea? Entonces, tal vez sea hora
de salir a tirar la basura. Libérate de pensamientos negativos y quiérete.
Cómo dominarte y controlar la situación
Hombre dando una conferencia sin miedo escénico
Ya te has visualizado, has ensayado, te has llenado de
energía positiva y has practicado un poco más. Estás preparado para salir a
triunfar.
Pero, aún así, sientes un pequeño temblor en las piernas o
notas una especie de sudor frío que te recorre todo el cuerpo. Bueno, puede que
estés un poco nervioso, pero también que sientas una gran emoción. Intenta
canalizar tus energías y haz lo siguiente:
Habla con pasión y enamora a tu público
La gente sentirá mucho más interés por lo que dices y se
involucrará en el discurso. La energía positiva que desprendas al hablar te irá
alimentando durante la charla.
Divide tu discurso en parte fáciles de diferenciar
Esto te ayudará a enfrentar cada parte de forma
independiente, a memorizar el discurso y a sentir que evolucionas con éxito.
Además, para tu público también será más fácil escucharte.
Respira hondo
Las técnicas de respiración son fundamentales para hablar en
público y superar el miedo escénico, igual que para relajarse y concentrarse.
Practica la respiración diafragmática antes de salir a hablar, consciente de lo
que haces. Oxigenarás tu cuerpo y te sentirás más tranquilo.
Tómate un vaso de agua
Mesa de reuniones
No te olvides de beber un vaso de agua tranquilamente. Eso
le enviará a tu cerebro un mensaje de tranquilidad. Es más, ten a mano agua
mientras hablas. Puedes tomar un sorbito de vez en cuando, aprovechando el paso
entre una sección y otra, o mientras alguien formula una pregunta.
Siempre que puedas, aprovecha la tecnología
No significa que lleves tu discurso escrito en una
presentación y que la leas, por supuesto que no. Se trata de que te apoyes en
la tecnología para facilitar tu discurso, bien a través de diapositivas que te
ayuden a estructurar la charla, fotos que hagan más gráfico lo que dices o
cualquier otra cosa que te facilite las cosas y que ayude al público a captar
mejor tu mensaje.
Acude con tiempo al lugar del acto
Así, además de poder explorar con calma la sala y de
visualizarte en ese contexto, vas a poder comprobar que todo lo que necesitas
está bien: luces, conexiones eléctricas, equipo informático, etc.
«Nunca prediques porque tienes que decir algo, sino porque
tienes algo
Lee también: Cómo hablar en público con elocuencia
0 comentarios