Cómo hacer un discurso
julio 22, 2019
Cómo hacer un discurso
Obama ha
sido siempre muy cuidadoso con decir sus discursos, pero hay que recordar que,
como la mayoría de los políticos, cuenta con asesores que le ayudan a
redactarlos. Uno de ellos fue Adam Frankel, que escribió muchos de los
discursos del presidente en defensa de la reforma del sistema salud y algunas
disertaciones ya clásicas como la del homenaje a los 29 mineros del carbón que
murieron tras una explosión en West Virginia en 2010.
Frankel
asegura en un artículo publicado en una revista prestigiosa que la mejor manera
de aprender a escribir discursos es leer los grandes, “de la Oración Fúnebre de Pericles al ‘He ido a la cima de la montaña’
de Martin Luther King, pasando por el discurso de aceptación del Nobel que
pronunció Faulkner”. Pero si lo que quieres es una serie de consejos rápidos
para mejorar tus alocuciones públicas, Frankel ofrece 6 claves.
1. Escribe como hablas
“No existe
una ley suprema de la redacción de discursos, pero si hubiera una, sería
probablemente esta: un discurso está hecho para ser hablado, no leído”, asegura
Frankel. En su opinión, este obvio consejo tiene importantes implicaciones que
no todo el mundo tiene en cuenta. Cuando hablamos usamos oraciones mucho más
cortas de las que empleamos escribiendo, algo que olvidamos con frecuencia. Hay
frases muy resultonas en el lenguaje escrito que resultan farragosas en el
lenguaje hablado y que haríamos bien en evitar. La única forma de comprobar que
hemos escrito un discurso adecuado para ser pronunciado es leerlo en alto
mientras lo escribimos.
Lee también: La idea central
2. Cuenta siempre una historia
Frankel
recuerda la primera vez que escribió un discurso para Obama. Lo primero que el
presidente preguntó a sus asesores es: “¿Cuál es la historia que estamos
tratando de contar?” Un discurso tiene su propio desarrollo narrativo. Tal como
explica Frankel a Obama suelen gustarles los discursos con un comienzo lento y
cálido, una mitad con sustancia y un final inspiracional. Ese es su estilo,
pero no tiene por qué ser el tuyo. Lo importante, asegura el escritor, es que
cuentes una historia con la que te sientas cómodo. Hoy en día los políticos
tienden a llenar sus alocuciones de cifras y estadísticas, algo que, según
Frankel, nunca será tan poderoso como una buena historia.
3. La estructura es muy importante
Es muy
habitual que al escribir un discurso tengamos claro qué queremos contar pero no
tanto cómo hacerlo. La estructura de un discurso es importante, pues un
argumento lógico, claro y bien dividido, es más persuasivo que uno deslavazado.
No es de extrañar, como explica Frankel, que muchos de los mejores oradores,
incluido el propio Obama, vienen del mundo del Derecho, donde se aprende
enseguida a elaborar argumentos con una estructura lógica. Un truco para
estructurar bien un discurso es hacer una lista con los puntos que quieres
tratar.
4. Ser conciso
El
presidente estadounidense Woodrow Wilson (que gobernó el país entre 1913 y 1921
y fue responsable de la entrada de EEUU en la I Guerra Mundial) tenía una idea
clara sobre la longitud de los discursos: “Si quieres que hable durante cinco
minutos, necesitaré un mes para prepararme. Si quieres que hable durante 20
minutos, necesitaré dos semanas. Pero si quieres que esté una hora hablando
estoy ya listo”.
Saber
resumir es en ocasiones la parte más difícil de un discurso. Lo primero que
debemos de tener claro es que nuestra audiencia va a distraerse si somos
repetitivos y nos vamos por las ramas. Frank recomienda que eliminemos todas
las palabras de nuestro discurso que no sean necesarias para dar sentido a éste.
Nos cargaremos muchas más de las que pensamos.
5. Ser auténtico
Lo peor de
los discursos de la mayoría de políticos actuales –al menos los españoles, que
son a los que estamos más acostumbrados– es que suenan más falsos que un
billete de 60 euros. Por desgracia, estamos habituados a que los políticos nos
mientan pero es que, además, sus discursos pocas veces suenan sinceros. Es
dudoso que Obama sea más honesto que nuestros políticos, pero hay que reconocer
que al menos sus palabras suelen dar la impresión de serlo.
Frankel
recuerda una reunión para escribir el discurso que Obama debía pronunciar en la
Convención Demócrata de 2008. El presidente se detuvo en cierta parte del
discurso y dijo a sus asesores: pensad en el momento en el que estamos, pensad por
lo que está pasando el país y escribid algo que sea verdad”. Si creemos en lo
que estamos diciendo nuestro discurso sonará convincente. Contar una historia
personal puede ser un buen recurso para lograr este efecto.
6. No sólo
hables, di algo
Si tienes
que escribir un discurso, por el motivo que sea, trata de que este sea bueno.
¿Y cuáles son los buenos discursos? Los que nos dicen algo importante. Los
buenos oradores son capaces de conmover al auditorio sin importar que estén
arengando a las Fuerzas Armadas o inaugurando una feria de ganado. “La grandeza
de un discurso tiene más que ver con los valores que con cualquier otra cosa”,
asegura Frankel. Si quieres hacer un buen discurso evita tener un perfil bajo,
apunta alto y trata de llegar al corazón de tus oyentes.
Este artículo te puede interesar: El discurso
0 comentarios