Las 5 cosas
que podemos aprender de
“El Discurso del Rey”
Si eres seguidor de la oratoria no te puedes no
haber visto “El Discurso del Rey”. La historia de cómo el Príncipe Alberto,
Bertie para sus familiares, al asumir forzadamente el trono de Inglaterra en
1936 se vio obligado a hacer algo que le generaba pánico: hablar en público.
Seguramente
algo así como nos ha pasado a muchos que vamos ascendiendo profesionalmente y
de pronto encuentras las presentaciones en público como parte de tus tareas.
Así, sin más. Sin prepararte, sin haber tenido en cuenta si te gusta más o
menos, si se te da mejor o peor, ahora te toca hacerlo solo por tener ese
cargo.
El Rey Jorge
VI tenía, seguramente, un hándicap que tú no tenías: el tartamudeo que le
acompañaba desde la infancia. Ese era su gran reto, esa era la dificultad que
le hacía más terrible la obligación de hablar en público.
Pero Bertie
consiguió dominar su tartamudeo, encontró su voz y se convirtió en uno de los
monarcas ingleses más queridos de la historia.
Este
recorrido es el que nos cuenta la película del 2010 “El discurso del Rey” de
Tom Hooper. El del rey interpretado por Colin Firth que apoyado por su esposa
(Helena Bonham Carter) trabaja con el terapeuta del habla Lionel Logue
(Geoffrey Rush) hasta conseguir dar sus primeros discursos sin un solo
balbuceo.
Más allá de
la profundidad de lucha personal y la deliciosa recreación de la época y de
algunos momentos históricos, te puede interesar seguir la evolución de esas
terapias y técnicas que Lionel utiliza para desarrollar la oratoria de Jorge
VI.
Cuando
termines de verla (si no eres demasiado impaciente) vuélvete por aquí y
confirmas conmigo si no son las siguientes las principales enseñanzas que nos
deja esta película.
Lo que
podemos aprender de “El Discurso del Rey”
1. Cree en ti
Bertie, como
niño, fue objeto de burlas o desprecio por los hombres más poderosos de su
familia. El entorno refuerza el complejo y Bertie consolida la creencia de que
nunca podrá curarse.
Como muchos
oradores principiantes a los que les cuesta hablar con autoridad, el rey tuvo
que superar esa falta de autoconfianza. La persistencia y la medición del
progreso es el secreto para recorrer ese camino.
Échale un vistazo por aquí: Trucos mentales para calmar tus nervios antes de un discurso
2. Admite que necesitas ayuda
El ego del
rey se pone a prueba en esta historia. Tuvo que dejarse aconsejar por su mujer,
Elisabeth, y dejarse tratar por el especialista, Logue.
Ninguna
persona se convierte en una gran oradora por sí sola. Y ya sabes que nosotros
no creemos en lo de la oratoria genética. Todo se aprende, solo tienes que
confiar en los expertos que estamos ahí para ayudarte.
3. Échale horas
En un
momento de la película, Bertie se da cuenta de que tiene que dedicarse en serio
a las tareas e invertir gran parte de su tiempo a los ejercicios de Logue. Es
entonces cuando empieza el progreso.
Bertie
aprende que no hay atajo alguno ni fórmula mágica, la preparación es el único
camino al éxito.
4. Impulsa tu crecimiento en cada
experiencia.
Jorge VI
tuvo que descubrir que para mejorar tenía que enfrentarse a la situación que le
aterrorizaba, aprovechar cada oportunidad para exponerse y practicar.
Porque,
¿cómo se aprende a hablar en público? Pues hablando en público. Nada mejora más
las competencias que ponerlas a trabajar en su contexto. La teoría está bien,
enriquece el intelecto pero no desarrolla la habilidad. Por eso en nuestras
formaciones todo se hace con prácticas.
5. No escondas quien eres
Esta es mi
moraleja favorita en esta película.
Bertie
partía de un punto muy complicado, con muchas dificultades, pero en unos de sus
primeros logros fue capaz de superar la retransmisión en vivo por radio a más
de 50 países.
Y no lo hizo
perfecto, pero enamoró a la gente. Su tartamudeo lo humanizó y la gente
comprendió su espíritu de superación viéndolo como un héroe.
Así que mi
mejor consejo cuando trabajo con mis clientes es mejorar desde el propio estilo.
Imitar, querer convertirte en quien no eres, no funciona. Genera un
distanciamiento (en el mejor de los casos) con la audiencia. Por eso ser
auténtico es lo mejor que puedes ofrecer a tu audiencia.
Si en estos
días quieres volver a ver esta película te servirá para reforzar estas
enseñanzas y, espero, que un impulso de motivación para mejorar tus
habilidades.
Siempre es
interesante fijarse en aquellos que tuvieron que recorrer nuestro mismo camino.
Y “El Discurso del Rey” es un gran ejemplo de cómo la persistencia y el trabajo
bien dirigido acaba dando sus frutos.