Miguel Ángel Cornejo
Conferencista
Internacional, especialista en liderazgo, alta dirección y productividad. Autor
de numerosas publicaciones.
Se
desarrolla en el área de Liderazgo de Excelencia, tema donde es un experto consagrado
con más de 38 libros publicados y una experiencia de más de tres décadas en 95
países. Es Fundador y Rector de Fundación Miguel Ángel Cornejo y Colegio
de Graduados en Alta Dirección, México. Uno de los líderes
latinoamericanos que más se ha escuchado a nivel mundial. Ha impartido más de
cuatro mil quinientas conferencias dictadas en América, Asia y Europa, en los
foros de mayor relevancia internacional, que lo destacan como el EXPERTO NÚMERO
UNO
en las materias de Liderazgo, Alta Dirección y Productividad. Iniciador de la cultura
de EXCELENCIA a nivel internacional. Es autor de la primera Enciclopedia de la
Excelencia, editada por Miguel Ángel Cornejo Editores, constituye el testimonio
de su trabajo a lo largo de más de tres décadas y nos ofrece una labor de
investigación en más de noventa y cinco países en los cinco continentes en búsqueda
de la EXCELENCIA Corporativa, Humana y Social.
El Ser Excelente
• Ser excelente es hacer las cosas, no
buscar razones para demostrar que no se pueden hacer.
• Ser excelente es comprender que la vida
no es algo que se nos da hecha, sino que tenemos que producir las oportunidades
para alcanzar el éxito.
• Ser excelente es comprender que: en
base a una férrea disciplina, es factible forjar un carácter de triunfadores.
• Ser excelente es trazarse un plan y
lograr los objetivos deseados a pesar de todas las circunstancias.
• Ser excelente es saber decir: Me
equivoqué y proponerse no cometer el mismo error.
• Ser excelente es levantarse cada vez
que se fracasa, con un espíritu de aprendizaje y superación.
• Ser excelente es reclamarse a sí mismo
el desarrollo pleno de nuestras potencialidades buscando incansablemente la
realización.
• Ser excelente es entender que a través
del privilegio diario de nuestro trabajo podemos alcanzar la realización.
• Ser excelente es ser creador de algo:
un sistema, un puesto, una empresa, un hogar, una vida.
• Ser excelente es ejercer nuestra
libertad y ser responsables de cada una de nuestras acciones.
• Ser excelente es sentirse ofendido y
lanzarse a la acción en contra de la pobreza, la calumnia y la injusticia.
• Ser excelente es levantar los ojos de
la tierra, elevar el espíritu y soñar con lograr lo imposible.
• Ser excelente es trascender a nuestro
tiempo legando a las futuras generaciones un mundo mejor.
• Ser líder de Excelencia de esta talla son los que
necesita el mundo y los reclama Dios.
Alegría de Vivir
Llamaron a las puertas del cielo tres
alpinistas que habían muerto instantáneamente en un accidente al caer desde lo
más alto de la montaña Punta de Flecha.
En la entrada, un ángel que se encargaba de
recibir a los recién llegados, interrogó a cada uno de ellos sobre sus últimos
pensamientos durante la fatal caída.
El primero contestó: "Yo pensé en mi
esposa y en mis hijos, en la penosa situación económica en que los iba a dejar
pues yo era el único sustento de mi familia".
El ángel entonces le negó la entrada al
cielo.
El segundo alpinista confesó: "Yo juré
arrepentirme de todos mis pecados, de lo que hice mal y de lo que omití hacer y
pedí perdón a todos aquellos a quienes lastimé".
El ángel sentenció: "Tú tampoco
mereces la entrada al cielo".
El tercer montañista titubeó antes de
hablar, por lo que el ángel insistió: “Anda, dinos lo que pensaste al
caer"
"Lo que pasa, es que tengo pena de lo
que sentí ..." -contestó y tras un momento continuó- "Sabes, yo
siempre soñé con volar, de ahí mi afición a escalar grandes montañas, por ello
cuando me vi en tal situación, lo único que tuve presente en aquel instante fue
la hermosa sensación de flotar y surcar el aire, de poder admirar desde lo alto
las maravillas de la naturaleza..., claro el porrazo fue tremendo, pero en
aquel momento solo pensé en disfrutar aquella experiencia única".
El ángel entonces le dijo: "Tú sí
puedes entrar al cielo porque tuviste la capacidad de disfrutar de la creación
y tendrás por supuesto, la capacidad de disfrutar del cielo".
Cómo dominar una sala cuando se habla en público.
Es muy difícil dar la impresión de que controlas la
situación cuando no pareces muy seguro de lo que vas a decir. Muchos oradores
se ven aplastados por la presión y bajan la mirada para protegerse del público.
No dominan las técnicas. Cuando hables en público, hazlo con
firmeza, convicción, con determinación.
Desde que entres al escenario o auditorio, camina con
naturalidad, erguido y mirando al público con una sonrisa amable y segura, nada
de debilidad. Tienes queinspirar seguridad, aunque estés sudando de pánico.
Cuando te pares frente a la audiencia obsérvalos con tranquilidad y con fuego
en la mirada.
Habla como si fueras una autoridad en la materia, si te
equivocas, no lo digas, la gente no lo sabrá si no se lo demuestras. Solo es
cuestión de entrenamiento y práctica. Hasta un nuevo episodio.
Cómo inspirar seguridad al hablar en público.
Desde el punto de vista psicológico, mirar hacia abajo
indica inseguridad y timidez. Si tienes al público frente a ti, míralos a todos
sin temor. Tu objetivo es mostrar una enorme seguridad y hacer que el público
quiera conocerte y escuchar lo tienes que decir.
Si quieres lograrlo rápidamente, prueba con lo que yo llamo
“Barrer la sala”. Por ejemplo, si estás delante de 300 personas, antes de
comenzar a hablar, bárrelos con tu mirada de derecha a izquierda o viceversa.
Trata de que todos te vean, es importante porque el público necesita verte y
conocerte antes de hablar.
Mira a los ojos a quienes están en primera fila y todos los
que están atrás, bárrelos con la mirada. Habla con aplomo, muévete, camina
ligeramente, haz gestos firmes y elocuentes para todos sepan que eres un
experto en la materia. Solo es cuestión de entrenamiento y práctica. Hasta un
nuevo episodio.
Cómo aparecer flotando en una sala antes de hablar en público.
Es hora de que aprendas a atraer la atención del público de
forma inmediata. Los magos, actores profesionales, grandes líderes y expertos
conferenciantes llevan muchos años empleando esta técnica. Es muy sencilla y te
ayudará a armarte de confianza cuando haces tú entrada en escena. Antes de
aparecer ante un público, haz una profunda inspiración.
Llena tus pulmones de oxígeno hasta que te hinches. Una vez
sientas que el aire ha llenado hasta arriba tu caja torácica, aguanta la
respiración. Entonces, y sólo entonces, haz tu aparición. Mientras caminas con
toda seguridad hacia el centro de la sala, mira al público sonríe.
Cuando estés justo frente al público comienza a hablar con
energía. Una entrada así tendrá mucha más fuerza que una en la que tus pulmones
estén vacíos. Solo es cuestión de entrenamiento y práctica. Hasta un nuevo
episodio.
Cómo adueñarte del escenario. Técnica para hablar en
público.
Cuando se habla ante un grupo de personas, es importante
sentir que uno es el dueño del escenario. Probablemente, tu escenario no sea
tal cosa, sino más bien un despacho, una sala de reuniones, una oficina donde
estás a punto de hacer una presentación o un aula. No importa dónde tengas que
hablar, lo esencial es dominar el espacio. Así que, dite a ti mismo: “Este es
mi sitio.
Aquí me siento como en mi casa. Este lugar me pertenece.
Pensar así te hará sentir más seguro y confiado, el público lo percibirá como
una señal de que tú estás al mando. Esto resulta fácil cuando uno se encuentra
en un lugar que ya conoce.
Sin embargo, visitar un territorio desconocido es otro
cantar. Llega puntual, ambiéntate con el lugar, ten todo bajo control, nada de
sorpresas. Solo es cuestión de entrenamiento y práctica..
Las
cinco características que cumplen todos los genios (sin excepción)
Por
Brian Tracy
¿Qué
hace a un genio ser un genio? Es una pregunta que nos hemos hecho a lo largo de
toda la historia. No son los genes, son determinadas actitudes
¿Qué hace a un genio ser un genio? Es una
pregunta que nos hemos hecho a lo largo de toda la historia. Todo el mundo
aspira a alcanzar la excelencia pero muy pocos la logran y, en la mayoría
de ocasiones, no entendemos cómo una u otra persona ha logrado lo que ha
logrado. ¿Cómo consiguió Picasso mantener siempre un altísimo nivel en
su inmensa obra pictórica? ¿De dónde sacó el tiempo Stockhausen para
componer un total 363 obras? ¿En qué momento se le ocurrió a Einstein formular
la teoría de la relatividad?
Hay quien piensa que un genio nace, no se hace:
sencillamente, tiene el talento para una actividad concreta y le basta con desarrollarla
para alcanzar la excelencia. Pero esto es una visión muy simplista de la
realidad y, además, como han comprobado numerosos estudios, falsa. No cabe duda
de que un genio es talentoso por naturaleza, pero el talento no es ni de
lejos la característica más importante del mismo. Estos son las cinco cosas
que, sin excepción, cumplen todos los genios. Y no todas son agradables para el
común de los mortales.
1. Son curiosos e impulsivos
Para elaborar su libro Creatividad (Paidós,
2008), el profesor Mihaly Csikszentmihalyi entrevistó a 91 genios, de
todas las disciplinas, incluyendo a 14 premios Nobel. Una de sus principales
conclusiones es que las personas con mentes privilegiadas, que logran
creaciones excepcionales, tienen dos cosas en abundancia: curiosidad y
determinación. “Están absolutamente fascinadas por su trabajo y, aunque haya
otras personas más brillantes, su enorme deseo de lograr lo que se proponen
supone el factor decisivo”, asegura Csikszentmihalyi.
2. Lo importante no es la educación, son las
horas que dedican a su especialidad
Solemos asociar el expediente académico con la
excelencia, pero son cosas que no siempre están relacionadas. El profesor de la
Universidad de California en Davis, Dean Keith Simonton, realizó un
estudio en que analizó los expedientes académicos de más de 300 genios nacidos
entre 1450 y 1850, entre ellos gente como Leonardo da Vinci, Galileo,
Beethoven o Rembrandt. Determinó cuánta educación formal había recibido
cada uno y midió sus niveles de eminencia a través de sus obras de referencia.
Sus resultados fueron sorprendentes. La relación entre educación y excelencia,
al trasladarse a un gráfico tenía forma de campana: los creadores más
destacados eran aquellos que había recibido una educación media, algo así
como una diplomatura. Los que habían recibido una mayor y una menor educación
eran menos creativos.
Los creadores más destacados son siempre aquellos
que más han trabajado en su especialidad y han dedicado su vida a ella
No cabe
duda de que los genios más destacados seguían estudiando, pero eran
autodidactas y, sobre todo, unos adictos al trabajo. “Los genios son todos
iguales”, explicaba el crítico literario V.S. Pritchett, “nunca dejan de
trabajar, no pierden un minuto. Es deprimente”. La realidad es que, sin
esfuerzo, el talento importa poco. Los creadores más destacados son,
siempre, aquellos que más han trabajado en su especialidad, han dedicado su
vida a ella, han aprendido todo lo que se podía aprender, y han llevado su
pasión al límite.
3. Son muy críticos con su trabajo
Según el psicólogo Howard Gardner, Premio
Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011, los grandes genios como Picasso,
Freud o Stravinsky tenían un patrón similar de trabajo, que se
basaba en el ensayo y error: analizaban un problema, creaban una solución, la
probaban y generaban una retroalimentación constante. “Los individuos
creativos”, asegura Gardner, “emplean una considerable cantidad de tiempo en
reflexionar acerca de lo que quieren alcanzar, si han tenido éxito o no y,
si no lo han logrado, qué deben hacer diferente”.
Las mentes creativas son también las más
metódicas.
4. Son sacrificados, solitarios y, en ocasiones,
neuróticos
Los genios están todo el rato pensando en su obra
y esto tiene múltiples desventajas. Dedicar todo tu tiempo al trabajo implica
un sacrificio inmenso y una merma en las relaciones sociales. Según
Csikszentmihalyi, la mayoría de genios son marginados durante la adolescencia,
en parte porque “su intensa curiosidad e intereses muy focalizados resultan extraños
a sus compañeros”, en parte porque los adolescentes demasiado gregarios no
están dispuestos a gastar tiempo, en soledad, para cultivar su talento.
“Practicar música o estudiar matemáticas requiere una soledad temible”, asegura
el profesor.
En ocasiones, el sacrificio necesario para ser
un genio puede rozar lo patológico. La entrega puede tornarse en obsesión:
las personas excelentes no son necesariamente felices. Basta ver el ascetismo
que alcanzaron Freud, T. S. Eliot o Gandhi, o la soledad
autoimpuesta que desarrolló Einstein. Muchos genios desarrollan, además,
una personalidad neurótica: su trabajo les volvió maniáticos y egoístas.
5. Trabajan siempre por pasión, nunca por dinero
Los verdaderos genios se desviven por su trabajo
y, en ningún caso se entregan a éste por dinero, sino por pasión y
vocación. “Los artistas que han desarrollado su pintura y escultura por el
placer de la actividad en sí más que por las recompensas extrínsecas, han
producido un arte que ha sido reconocido socialmente como superior”, asegura el
pensador y escritor Dan Pink en su libro La sorprendente verdad sobre
qué nos motiva (Gestión 2000). “Además, son aquellos a los que motivaba
menos las recompensas extrínsecas los que, finalmente, las recibían”.